El día 13 de Abril de 2015, dos
alumnas del Grado de Maestro de Educación Primaria de la ULL llegamos al CEIP
Chamberí, con el fin de poder aprender y participar en una clase de Educación
Emocional impartida por el maestro Donato Hernández.
Nuestro profesor de la
Universidad de E. Emocional nos había marcado como tarea la observación directa
en centros escolares de buenas prácticas docentes, por eso no dudamos ni un
segundo en saber lo que queríamos: disfrutar de una buena clase de Educación
emocional y para la creatividad.
Así que allí estábamos nosotras,
dos aprendices de maestras nerviosas, pero impacientes y preparadas para todo.
Entramos en el comedor, nos sentamos al final de la clase y cuando nos dimos
cuenta ya había unas 15 personas mirándonos mientras el profesor nos presentaba
y les explicaba por qué estábamos allí. El profesor Donato ya les había advertido
en una sesión anterior lo que iban a hacer, por lo que la mayoría había traído
todo lo necesario para llevar a cabo una “Receta Socio afectiva”, en este caso
una deliciosa macedonia de frutas y yogur. No os engañéis, no es cortar fruta y
echarla en un bol, es algo más complejo y delicado.
Lo primero que se hizo fue
entrar, luego prepararse, repartir la fruta, lavarse las manos, analizar los
alimentos y comenzar con nuestra receta. El primer paso a seguir fue pelar el
plátano, pero no sistemáticamente como hacemos siempre sino dándole un valor y
unas propiedades. Conforme vas pelando el plátano te vas deshaciendo de todos
los problemas y te vas quedando con la mejor parte, lo más dulce. Es importante
saber que el plátano nos dará vitalidad y ayudará a recuperar nuestro
organismo. La cáscara normalmente la tiramos a la basura, pero ¿Y si
convertimos un problema en una solución? Te gustará saber que la cáscara del
plátano tiene muchas propiedades que ayudarán a sanar más pronto tus heridas.
Luego de esto, se comenzó a partir el plátano en rodajas mientras el profesor
intervenía dando una breve idea de cómo puede influir la manera en que cortes
el plátano en el análisis de tu comportamiento a la hora de afrontar los
problemas (unos cortes más amplios darán a entender que le das poca importancia
a los problemas o te lo tomas de una manera más relajada, ocurriendo lo
contrario si tus cortes son más finos y rápidos).
El segundo paso es pelar el kiwi
y picarlo, así como haremos con la manzana. Mientras pelamos la manzana tenemos
que ser conscientes de que queremos deshacernos de nuestros problemas.
Seguidamente se pica la fresa, la pera y la piña. La piña era en latas, por lo
que en este momento se entra en un aspecto importante de la educación
emocional: COMPARTIR. Si cada uno quiere poner su lata de piña, al final,
tendremos demasiada piña para una sola persona, por eso el profesor se encargó
de que se adquiriera bien el hecho de abrir solo 2-3 latas compartieran entre
ellos.
Por último, se vierte el yogur en
la macedonia y lo vamos mezclando siendo conscientes de que estamos creando una
dulce y rica receta que nos va a ayudar a ser más fuertes, no solo físicamente
sino intelectualmente. El último paso que se lleva a cabo es servir las
deliciosas recetas en la más delicada de las presentaciones, dado que es algo
que ha creado uno mismo. No va a haber dos macedonias iguales, de hecho ni
siquiera van a saber igual a pesar de haber utilizado los mismos ingredientes.
Cada plato es único y el hecho de haberlo realizado personas que también son
únicas, hará que todos y cada uno de ellos tengan diferentes sabores y
texturas. Una vez acomodado, le pondremos las deliciosas almendras picadas por
encima… et Voilà!
Para concluir, nos gustaría añadir que a nosotras, como futuras maestras, la idea de impartir esta asignatura en las aulas nos parece de un carácter fundamental. Puede que para algunas personas sea una pérdida de tiempo, pero realmente creemos que es de vital importancia trabajar los aspectos emocionales durante la vida de un niño o niña, sobre todo durante su vida académica. Los valores tales como el respeto, la solidaridad, compartir o simplemente convivir son de vital importancia en nuestras aulas. Puede parecer una bobería pero muchas personas, en este caso alumnos y alumnas, pueden encontrar realmente difícil la tarea de convivir con otros en un mismo espacio, que es la escuela. Esa es precisamente la tarea de un maestro: preocuparse de los sentimientos y las emociones de sus alumnos y alumnas y darles la importancia que se merece, así como ser capaces de crear seres sociales, no solo centrarse en enseñar correctamente matemáticas o ciencias… Finalmente, dar las gracias al equipo directivo del centro y al profesor Donato Hernández por dejarnos formar parte de esta grata experiencia.
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